La paradoja Wallbox: un futuro prometedor que ha caído en desgracia bursátil

2022-12-02 19:46:43 By : Mr. Jimmy Zhang

Un incremento de las ventas del 140%, con crecimientos de hasta el 535% en el mercado norteamericano; un margen bruto del 41,4%, 3,2 puntos porcentuales superior al del cierre del año anterior; y una cuota de mercado creciente, que pasa del 15 al 19%. Los resultados que Wallbox presentó este miércoles contenían en sus grandes líneas suficientes ingredientes para hacer las delicias de los inversores. Y, sin embargo, el derrumbe del 12,5% que experimentaron sus acciones ese día vino a manifestar el creciente escepticismo que desde los primeros compases del año se extiende sobre la compañía española con sede en Barcelona y cotización en Nueva York.

A pesar de aprovechar la ola de optimismo que recorrió Wall Street este jueves para recuperar algo más de un 5% de su valor y prolongar su rebote este viernes con ganancias de hasta el 10%, el fabricante de cargadores para el vehículo eléctrico acumula en 2022 unas pérdidas bursátiles superiores al 63%, que no solo han fulminado las ganancias que se anotó en sus primeros pasos en bolsa, sino que han transformado los casi 1.500 millones de dólares en que llegó a valorarse en el momento de su estreno, hace 13 meses, en poco más de 820 millones.

Wallbox, que hizo su salto a bolsa en Nueva York a través de la Spac Kensington Capital Acquisition, se presentó ante el mercado con la promesa de convertirse en uno de los claros vencedores en la transición del mercado de automoción hacia el vehículo eléctrico, proyectando un crecimiento anualizado de los ingresos del 90% y la entrada del ebitda en terreno positivo desde 2024. Estas expectativas, si bien parecieron convencer a los inversores durante sus primeros días de cotización, en los que llegó a duplicar con creces su valoración, han quedado eclipsadas por las dudas en los últimos tiempos.

Unos recelos que se vieron reforzados este miércoles, cuando junto a sus resultados, la dirección de la compañía barcelonesa comunicó al mercado una rebaja de sus previsiones para el conjunto del año. Si antes esperaban registrar unos ingresos entre 175 y 195 millones de euros, ahora la compañía proyecta unas ventas de entre 154 y 164 millones de euros, un 14% menos en su término medio. Un ajuste que vendría a reflejar la ralentización que se viene produciendo en las ventas de vehículos eléctricos, especialmente en Europa, un mercado en el que Wallbox aún genera alrededor del 70% de sus ventas. Los problemas en las cadenas de suministro se estarían entremezclando con el impacto de la inflación en el bolsillo de los consumidores para lastrar la expansión del vehículo eléctrico y, con ello, frenar el desarrollo de las infraestructuras asociadas, como serían los cargadores.

"Es probable que los resultados a corto plazo se vean afectados negativamente por las limitaciones en la entrega de vehículos eléctricos de los fabricantes de equipos originales. Creemos que la demanda de los consumidores de vehículos eléctricos y cargadores asociados sigue siendo sólida, pero los problemas en la cadena de suministro seguirán afectando el crecimiento a corto plazo", señala en una nota publicada este viernes Brian Dobson, analista del banco estadounidense Chardan, que ha recortado más de un 30% la valoración que otorga a Wallbox tras conocer estos resultados.

A pesar de este ajuste, la visión de Chardan sobre las perspectivas de Wallbox sigue luciendo positiva. Los 13 dólares por acción en que la valora representan un potencial de revalorización que supera el 110% respecto a su cotización actual. Y esta dista de ser una opinión excepcional, ya que, según los registros de Bloomberg, las nueve firmas que cubren el valor aconsejan comprar sus opciones y le asignan un precio medio que también representaría más que duplicar sus precios actuales.

Las firmas que cubren el valor aconsejan su compra y le dan potenciales de más del 100%

Este optimismo viene apoyado por la consideración de que las dificultades actuales no representan más que un retraso en un crecimiento que, ineludiblemente, tiene que producirse en un futuro no muy lejano. La Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) calcula que los vehículos eléctricos representarán alrededor del 13% de las ventas globales de vehículos ligeros en 2022 y que esta cuota se elevará hasta el 60% en 2030. Una expansión que conllevaría, en paralelo, una intensa inversión en infraestructuras de carga. "Se estima que la inversión en infraestructura de carga superará el billón de dólares a nivel mundial durante las próximas dos décadas", señalan los analistas de Barclays en un informe publicado el pasado agosto.

Unas perspectivas favorables para el mercado, que, en opinión de los expertos, Wallbox estaría especialmente capacitada para rentabilizar. "Somos bastante positivos con las perspectivas a largo plazo de Wallbox por motivos que incluyen su integración vertical, productos diferenciados, una gestión sólida y una robusta oportunidad de mercado", apunta en declaraciones a El Confidencial George Gianarikas, analista de Canaccord, una firma que otorga a Wallbox un precio objetivo de 13 dólares por acción, un 116% por encima de su cotización actual.

En su opinión, las recientes dificultades de la compañía barcelonesa en bolsa deben entenderse como la consecuencia de los problemas que atraviesa el sector en general. Y, aunque es cierto que Wallbox ha tenido que recortar sus previsiones, "el reciente informe de ganancias de la compañía presentó varios aspectos positivos, entre ellos: la continuada fortaleza del margen, el aumento de la cuota de mercado y los crecientes pedidos de productos comerciales".

Una visión con la que parecen coincidir los analistas de UBS, que se declaraban, en un informe publicado este miércoles, "impresionados con el margen bruto de Wallbox, que alcanzó el 41,4%, igualando nuestras estimaciones y mejorando sustancialmente en términos interanuales a pesar de las presiones inflacionarias generalizadas y el escalamiento de la producción de Hypernova [los cargadores públicos ultrarrápidos de la compañía], que se espera que diluya el margen hasta que se alcance cierta escala".

La confianza de los expertos en la compañía representa un respaldo a la estrategia de crecimiento seguida por su consejero delegado, Enric Asunción, y el resto de su equipo gestor, que ha estado basada, en buena medida, en asociaciones con fabricantes de vehículos, prestadores de servicios de transporte y compañías de energía, así como en una intensa actividad de fusiones y adquisiciones.

Esta estrategia que se ha visto apuntalada en los últimos tiempos. Por un lado, la compañía acaba de anunciar un acuerdo global con el fabricante de vehículos eléctricos Fisker y ha ampliado la alianza que mantiene con Uber en Europa; y, por otro, a lo largo del primer semestre de 2022, selló las compras de Coil y Ares Electronics. "Wallbox continúa firmando asociaciones impresionantes y lanzando productos atractivos al mercado", observan al respecto en Chardan.

Precisamente, la ventaja competitiva de los productos de Wallbox es una de las fortalezas que más suelen resaltar los analistas. En este sentido, desde Credit Suisse observaban, en un informe publicado el pasado septiembre, que la compañía aventaja a sus rivales en una cuestión fundamental, como es el desarrollo de cargadores bidireccionales V2H y V2G (del coche a la vivienda y del coche a la red). "Si bien esperamos que los competidores se pongan al día con estas funcionalidades, Wallbox disfruta de la ventaja de ser el primero en moverse", subrayan en el banco suizo, en el que estiman que hacia 2030 uno de cada tres cargadores de nivel 2 (los de recarga acelerada o semirrápida) serán bidireccionales.

Para Wallbox, su especialización en sistemas de recarga para el hogar puede ser vista como una fortaleza, si se tiene en cuenta que firmas como Barclays sugieren que más del 80% de las cargas de vehículos eléctricos se realizarán en el entorno doméstico.

Asimismo, la compañía española se encontraría bien posicionada para sacar provecho del crecimiento del sector en Estados Unidos, donde está prevista una inversión de hasta 7.500 millones de dólares para crear una red nacional de unos 500.000 cargadores para vehículos eléctricos hasta 2030. Según un informe reciente de Bank of America, Wallbox sería, junto a Chargepoint, la única empresa capacitada para generar los cargadores que cumplan los requisitos exigidos a escala nacional.

Wallbox está en una posición privilegiada ante el plan de desarrollo de cargadores de EEUU

Además de esto, el banco norteamericano destaca el esfuerzo de Wallbox para crecer en el ámbito del software asociado a la carga del vehículo eléctrico, un área que aún genera menos del 1% de los ingresos de la compañía pero que se espera que experimente "un crecimiento sustancial". De hecho, la dirección de Wallbox espera que pueda producir hasta un 10% de los ingresos a partir de 2025.

Todas estas cuestiones hablan de un potencial de crecimiento muy reseñable, basado en fortalezas aparentemente bien apuntaladas. Son, ni más ni menos, las premisas con las que Wallbox se presentó ante los inversores bursátiles hace poco más de un año, cosechando un éxito que acabó resultando efímero, a pesar del respaldo prácticamente unánime de las casas de análisis.

Lo cierto es que, hoy, las circunstancias del mercado se muestran mucho menos propicias para los relatos de crecimiento a largo plazo como el de Wallbox, una cuestión que ha pasado factura a gran parte de las compañías de los sectores considerados de futuro. Y la sombra de una posible ampliación de capital con la que sufragar esos proyectos de expansión, aunque analistas como los de Barclays no la ven necesaria a corto plazo, representa otro factor que puede limitar el interés de los inversores.

Se trata de recelos que, a priori, deberían resultar pasajeros si, en efecto, las ventajas de las que aparentemente disfruta Wallbox resultan efectivas y la compañía logra captar una parte reseñable del creciente mercado de los sistemas de carga para vehículos eléctricos. Pero el escepticismo de los inversores hacia las historias de inversión de compañías como la de Asunción también tienen bases razonables. Para llegar a sus objetivos, Wallbox debe atravesar un camino plagado de amenazas como los ritmos de implantación del vehículo eléctrico a escala global, los riesgos derivados de la creciente competencia y del potencial desarrollo de tecnologías alternativas más eficientes o las dificultades de acceso a materias primas clave, cuyo suministro no está, ni mucho menos, garantizado.

Hacer que los inversores olviden estas cuestiones y vuelvan a dar por válida la historia de crecimiento que luce como reclamo Wallbox seguramente requerirá pruebas más obvias de que el camino hacia los objetivos está firmemente marcado. Mientras tanto, a la compañía no le queda más remedio que resistir mientras sus acciones saborean el lado más amargo del parqué.

Un incremento de las ventas del 140%, con crecimientos de hasta el 535% en el mercado norteamericano; un margen bruto del 41,4%, 3,2 puntos porcentuales superior al del cierre del año anterior; y una cuota de mercado creciente, que pasa del 15 al 19%. Los resultados que Wallbox presentó este miércoles contenían en sus grandes líneas suficientes ingredientes para hacer las delicias de los inversores. Y, sin embargo, el derrumbe del 12,5% que experimentaron sus acciones ese día vino a manifestar el creciente escepticismo que desde los primeros compases del año se extiende sobre la compañía española con sede en Barcelona y cotización en Nueva York.