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¿Los puntos de carga urbanos para coches eléctricos perfectos? Invisibles, ampliables y económicos

El Grupo Rheinmetall ha presentado una solución vanguardista para la integración de los puntos de recarga para vehículos eléctricos en el entorno urbano. Se trata de un cargador integrado en la acera o en los bordillos.

La integración de los puntos de recarga para coches y otros vehículos eléctricos es una tarea pendiente que las ciudades deben afrontar a corto, medio y largo plazo.

No en vano, en lugares como España se han marcado ambiciosos objetivos como el que pretende elevar a 100.000 el número de puntos de recarga públicos antes de que termine el año 2023.

Esto requiere una importante inversión en infraestructuras, pero también una integración racional e inteligente de dichos postes de carga, ya que generan un impacto visual y práctico en el entorno urbano.

Con ello en mente, el Grupo Rheinmetall acaba de presentar un proyecto que ya se encuentra en fase experimental en algunas ciudades alemanas.

Los cargadores de bordillo de Rheinmetall se integran en el paisaje urbano de manera casi invisible y ofrecen una solución a los desafíos que plantean los sistemas de carga existentes, como los requisitos de gran espacio, la baja densidad de puntos, las desventajas estéticas y el alto coste.

A diferencia de otras soluciones de carga existentes en el mercado, el enfoque de Rheinmetall hace un uso inteligente de la infraestructura urbana existente, ya que integra la electrónica de carga en el bordillo.

«Esto hace que ofrezca el mismo servicio que un poste de carga, pero sin los inconvenientes que estos pueden causar a otros usuarios de la vía», señala Rheinmetall.

Esto es especialmente importante en áreas urbanas en las que el espacio útil en las aceras es muy reducido y en los que, por tanto, no es viable instalar un poste de carga para vehículos eléctricos.

Con ello en mente, un equipo del Rheinmetall Technology Center ha estado trabajando en una solución que aprovecha las infraestructuras urbanas existentes, aunque sin las limitaciones que impone la densidad de puntos de recarga, como es el caso de los cargadores de linterna, por ejemplo.

El resultado es un cargador de acera modular capaz de cargar 22 kW de corriente alterna (CA), que se puede integrar en los sistemas back-end existentes y en las infraestructuras del sistema de carga a través de un protocolo de punto de carga abierto (OCPP).

Para el equipo de trabajo, la prioridad durante la fase de desarrollo ha sido la de ofrecer una solución que aproveche la infraestructura urbana existente, pero que sea fácil de actualizar y mantener.

«Como resultado, se pueden preparar calles y estacionamientos completos para albergar cargadores de bordillo, lo que permite la escalabilidad posterior y las sinergias con respecto a la planificación, el permiso, la construcción, etc», afirma Rheinmetall.

Para este propósito, se instalan los llamados bordillos ficticios en los lugares de carga deseados. Posteriormente, el módulo electrónico se puede adaptar tan pronto como el número de vehículos eléctricos asegure una demanda adecuada.

Además, el reequipamiento se puede realizar en pocos minutos, al igual que el mantenimiento, ya que la unidad electrónica se puede quitar fácilmente. Los sistemas están diseñados de acuerdo con las duras condiciones ambientales del espacio vial, lo que garantiza una larga vida útil.

Con esta solución, Rheinmetall afirma tener el potencial de hacer realidad el objetivo de Alemania de tener un millón de puntos de carga públicos para 2030.

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