Recarga activa: Más y mejor vida para las baterías

2022-12-02 19:37:17 By : Mr. Harry Shen

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Científicos de esta universidad creen haber encontrado una solución al problema del acusado desgaste que sufren las baterías de un coche eléctrico.

Actualmente la batería de un coche eléctrico, como la de cualquier otro dispositivo móvil o portátil, requiere unos ciertos cuidados. El más conocido es el de no recargarlas nunca por encima del 80% de su capacidad, y mucho menos mantener el vehículo enchufado al punto de carga cuando se encuentra al 100%.

No en vano está demostrado que estas malas prácticas, si se convierten en malas costumbres, se traducen en el interior de nuestra batería en un deterioro acelerado de sus células, creando con ello 'zonas muertas' donde la energía no vuelve a almacenarse jamás.

Sabedores de que es prácticamente imposible llevar, en la vida real, un régimen tan estricto en las recargas, los investigadores de la Universidad de Stanford (EE UU) han descubierto un método de recarga alternativo que podría hacer más fácil el cuidado de la batería durante esta operación.

Dentro de una batería, las celdas forman una retícula ordenada en filas y columnas, interconectadas entre sí por unos canales a través de los cuales discurre la energía. Pero sucede que no todas esas celdas presentan el mismo estado, y algunas pueden estar más deterioradas que otras, lo que merma su capacidad para almacenar electricidad.

Esto último se vuelve un problema que se va agravando conforme se suceden las recargas, ya que la electricidad entrante penetra en todas ellas con la misma intensidad y aumenta, con ello, las diferencias de eficiencia entre las celdas sanas y las defectuosas.

La solución propuesta por la profesora e investigadora de Stanford Simona Onori consiste en modificar el proceso habitual de carga para que, en lugar de suministrar un voltaje homogéneo, el cargador efectué un reparto selectivo de la corriente de modo que cada celda contenga únicamente la energía que puede retener con seguridad.

Salvando las distancias, mediante este cambio de concepto el punto de carga pasa de ser una 'fuente' a un 'grifo' con capacidad de regular, como si de agua se tratase, la cantidad de electricidad que se distribuye en el interior de la batería.

Los propios investigadores están convencidos de que la aplicación de su idea a gran escala podría suponer un aumento notable de la vida útil de las baterías, al retrasar el desgaste de sus celdas más 'castigadas'. Ello, a su vez, repercutiría en una degradación mucho más progresiva de la autonomía de los vehículos eléctricos, la cual suele desplomarse con el paso de los años y los kilómetros.